Me dí cuenta que soy atea allá por el año 88, tenía 7 años, mi abuela se fue a operar de la vesícula y no volvió más. No sé todo lo que le pedí a dios que la ayudara, que la salvara y que volviera a casa, pero no volvió y yo caí en que algo no iba bien con ese tema.
Me pueden decir que es muy infantil, muy precipitado, incluso que dios tenía mejores planes para mi abuela, pero no cuela. A mí me dejó sin abuela, a mi padre sin su madre con apenas 32 años y lo peor, a mi bisabuela con el dolor incurable de perder una hija así, sin anestesia.